Una cuestión de género
El machismo en el reguetón es una cuestión frecuentemente debatida, en la que el autor prefiere no posicionarse, porque considera que “el lector es el que debe decidir personalmente si este género le parece machista o no”.
“No podemos hablar de un posible machismo en este género y no preguntarnos sobre otros estilos como los boleros, los tangos, etc.”, puntualiza, a la par que destaca la presencia, cada vez mayor, de mujeres en las listas más altas de reproducción, como la argentina Nathy Peluso, la colombiana Karol G o la española Rosalía.
Además, subraya como hay autoras que utilizan el «mainstream» o tendencia mayoritaria para construir un mensaje transgresor. “A mí me parece que Nathy Peluso, como mujer argentina y criada en España, increpe al FMI en una canción y que 10.000 personas en un concierto en Bilbao -España- canten sus canciones a coro, me toca el alma como argentino”, confiesa.
Un fenómeno mundial
La sociedad ha cambiado la forma de consumir música y de escuchar artistas que surgen de nuevos estilos musicales.
“Los artistas urbanos trascendieron la música que hacen hoy en día. El impacto de Bad Bunny, lo que sigue generando J Balvin, que Maluma haga una canción con la reina del pop, Madonna… El reguetón es un espacio donde se puede ser grande de distintas formas”, señala Wilson.
Del mismo modo, la pandemia de covid-19 trajo consigo una nueva forma de escuchar la música y disfrutar de ella.
“Muchas personas se refugiaron en la música y en el reguetón. También la pandemia afectó a muchos artistas, como Karol G, que sacó el mayor ‘hit’ de su carrera, Tusa, pero que se frena porque llegó la pandemia. Entonces, la gente no se puede reunir de fiesta en casas y las visualizaciones no se propulsan como lo hubiera hecho” normalmente, recalca sobre las consecuencias de la pandemia en la música.
“Hice este libro tratando de entender el reguetón, tratando de cambiar esa mirada estigmatizada que se tiene. Busco que sirva para lo que los lectores quieran, que si van a criticar el reguetón lo hagan con fundamentos, que si son padres entiendan mejor lo que están viviendo sus hijos. Para romper las reglas tienes que conocerlas antes”, concluye. (I)